El joven chileno Daniel Zamudio, que murió tras una larga agonía después de recibir una brutal paliza a manos de un grupo de neonazis, fue despedido este viernes con un masivo funeral callejero, cargado de peticiones para poner fin a la discriminación en el país.
El cortejo fúnebre con los restos del joven, de 24 años, salió desde su casa ubicada en la comuna de San Bernardo (sur), recorriendo un largo trayecto hasta el Cementerio General de Santiago, en el que en todo instante fue acompañado por miles de personas que lo despidieron con flores y pañuelos blancos.
Al acercarse al centro de Santiago, la carroza fue aminorando el paso, mientras recibía sonoros aplausos de miles de personas que se agolparon en las calles para despedir al joven que murió el martes tras agonizar tres semanas en el hospital por recibir una brutal paliza solo por su orientación sexual.
En este caso decidieron homenajear a Daniel Zamudio por el hondo pesar que causó su muerte, tras una golpiza en que sus asesinos tuvieron especial ensañamiento, golpeándolo con piedras, quemándolo con cigarros y marcando su cuerpo con símbolos nazis.
Tras casi dos horas de recorrido, el cortejo llegó finalmente al Cementerio General de Santiago, donde se organizó un último acto de despedida, antes de que su familia lo sepultara privadamente.
"Quiero agradecer en representación de toda mi familia. Ya habrá tiempo para la justicia, sólo les pido respeto y les agradezco de corazón por cada gesto y lágrima que derramaron por mi hermano", dijo su hermano Diego, hablando ante la multitud que reclamó medidas de defensa de las minorías.