La madrugada del 3 de diciembre un Aramis Manukyan ciudadano armenio de 32 años, padre de una niña de 7 años y conocido entre sus amigos como Alik, murió en el CIE de Zona Franca (Barcelona). La versión oficial difundida por el la Nacional de Policía hablaba de un suicidio y calificaba a la víctima como una persona muy conflictiva y violenta. Ayer las organizaciones Migrastudium (organización que presentó una denuncia por los hechos) y SOS Racismo alertaron de la opacidad alrededor de los hechos, y el Síndic de Greuges (Defensor del pueblo) abrió una investigación de oficio. Hoy el colectivo Cerremos los CIES ha podido hablar con testigos presenciales del que pasó la noche del 2 al 3 de diciembre al recinto para extranjeros de Barcelona, la versión aportada contradice frontalmente a la que explicó la policía.
"Alik tuvo un enfrentamiento con los policías que vigilan el CIE, entraron a la celda, lo agredieron y se lo llevaron por la fuerza", así empieza el relato de las tres personas que compartían celda con la víctima. Niegan que el hombre se hubiera enfrentado con los compañeros de celda y aseguran que durante toda la noche escucharon con angustia los gritos y gemidos del Alik. Todo el episodio se circunscribió entre las diez de la noche de lunes y las tres de la madrugada de martes. Los testigos estaban en la galería del primer piso y la víctima a la planta baja, junto al lugar de vigilancia donde permanentemente hay agentes del Cuerpo Nacional de Policía. "Si los internos del primer piso sentían los gritos es evidente que los policías también los sentían", concluye el abogado Andrés Garcia. El letrado ha avanzado a este semanario que de manera inmediata pondrán esta información y los datos de los testigos en conocimiento del juzgado que se encarga de la supervisión de los centros de internamiento –30 de instrucción de Barcelona– y también informarán al juzgado de instrucción 21 que abrió diligencias en relación al caso. Desde Cerremos los CIES se considera del todo necesario que el juzgado ordene como medida cautelar la protección de estos testigos y evite que sean deportados, tal y cómo ha pasado en otros ocasiones.
El conjunto de internos del CIE Zona Franca no conocieron la muerte de Alik hasta el día siguiente de los hechos, a pesar de que preguntaron insistentemente a los policías que custodian el CIE sobre que le había pasado. De hecho, una treintena de los reclusos optaron para iniciar una huelga de hambre este miércoles, como medida de protesta un golpe conocieron el trágico desenlace. Las personas con las que han podido hablar los abogados y activistas de Cerremos los CIES muestran incredulidad con la versión del suicidio. Ayer, además, una cuarentena de ciudadanos de Armenia que pertenecen a entidades con sede en Cataluña se acercaron hasta las puertas del recinto de la Zona Franca para exigir información, y un responsable policial se limitó a decirles que el hombre se había suicidado. Hoy a las 11:30h realizarán una comparecencia ante los medios de comunicación en la Ciutat de la Justicia y por el lunes a las 19:30 se ha convocado una concentración frente a la Jefatura Superior de Policía en Vía Laietana (Barcelona).
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