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sábado, 7 de julio de 2012

Los mineros toman Pola de Lena en una batalla urbana contra la Policía

Pola de Lena fue escenario la madrugada del jueves al viernes de un violento enfrentamiento entre mineros y antidisturbios que, por primera vez desde que arrancaran las movilizaciones del sector, se libró dentro de una población. Una niña de 5 años y una mujer resultaron heridas por el impacto en sus viviendas de una pelota de goma y un volador, respectivamente. Además, más de 40 contenedores fueron destrozados, la mayoría quemados, y se causaron daños en el mobiliario urbano por valor de unos 20.000 euros. La autopista Oviedo-Campomanes permaneció cortada durante casi cinco horas y la localidad estuvo prácticamente sitiada durante ese tiempo, con sus dos principales arterias internas de distribución del tráfico también colapsadas.


 Nadie pudo entrar ni salir del núcleo mientras cohetes, tuercas, botes de gas y pelotas de goma volaban por los aires. El conflicto se ha recrudecido y, como sucedió hace veinte años, durante el encierro de Barredo (Mieres), los enfrentamientos entre mineros y fuerzas de orden ya no se libran sólo en los pozos y las carreteras, ya están picando en los portales.
En Pola de Lena sólo había ayer un tema de conversación.


Mientras los antidisturbios intentaban hacer retroceder a los mineros, desde las viviendas del barrio de Santa Cristina algunos vecinos les empezaron a increpar, primero con insultos y luego arrojando petardos y tornillería. La Delegación del Gobierno asegura que el grupo de «hostigadores» tenía más de cien miembros. Antes de que el enfrentamiento se encolerizase, sobre las diez y media de la noche, una niña de 5 años de origen dominicano resultó herida. «Se había lavado los dientes y estaba acostándose cuando una pelota dio en la ventana y varios cristales le hicieron cortes en la cara», explicó ayer su padre. La pequeña precisó de varios puntos de sutura, aunque ayer ya estaba en casa.


El padre de la menor acudió al mediodía al cuartel de la Guardia Civil para denunciar los hechos: «Nos llevamos un enorme susto cuando vimos que mi hija estaba sangrando y llorando». El matrimonio tiene otras dos hijas gemelas recién nacidas, que en el momento del suceso ya estaban acostadas. «Nunca te imaginas que una pelota puede entrar volando por la ventana de tu casa», comentaron.