Una marcha de nazi-fascistas en Hamburgo, autorizada por la
administración de la ciudad, concluyó con disturbios violentos. Unas
1.000 personas participaron en la manifestación.
Antifascistas que estaban intentando impedir la marcha, comenzaron a
tirar piedras a los policías y a edificar barricadas en el camino por el
que discurría la concentración de nazi-fascistas. De 500 a 700 personas
fueron detenidas y ocho policías resultaron heridos.